Ocho preguntas sobre teatro en tiempos de cuarentena: Camila Montoya

Desde TeatroPuerto convocamos a 10 integrantes de la comunidad artística teatral de nuestra región para que respondiera un sencillo cuestionario con ocho preguntas sobre la práctica escénica en estos tiempos. La quinta en responder fue la comunicadora audiovisual serenense Camila Montoya.

¿Cuál es la vinculación que tienes con el teatro?

Mi vinculación al teatro es primero como lectora y espectadora, segundo como colaboradora en su materialización, en el registro. Tercero, como amante empedernida de quienes se atreven a representar, de convertirse en transporte de la emoción, la acción y el movimiento.

¿Cuál consideras que es la importancia del teatro en este momento histórico?

Necesitamos teatro, hay quienes no lo conocen, pero su cuerpo de igual forma se los pide. El llamado aburrimiento no es otra cosa que la falta de comedia, de tragedia, de imaginarios nuevos que llenen el cotidiano, esa rutina que nos ha dejado el neoliberalismo, ¿no estábamos ya en cuarentena?, ¿no ha sido siempre “difícil” acercar a la gente al arte?. Y es en el arte en que nos hemos refugiado, es en el arte en donde estaban todas las predicciones de que algo así podía suceder, en nuestra ignorancia, en el desinterés por conocer como vivieron otros, volvemos a repetir y vivimos en un “loop”, en un mal remake de esos directores de cine  que no los sacan ni a patadas de sus podios añejos. El teatro es desobediente y por eso le necesitamos, porque ahora hay que desaprender todo.

¿Qué crees que debería cambiar en nuestro modelo teatral?

El modelo, cualquiera que sea, siempre habrá que demolerlo, y el teatro es siempre el mas dispuesto, es el primero en levantar la mano para dar ideas. No tengo una fórmula, pero sí la confianza ciega. Particularmente Teatro Puerto me llena de orgullo regional, forma, crea audiencias, es cuna de nuevos equipos, es alianza con otras culturas, sólo le agregaría acercarse mas a las pantallas, a esa que lleva cada uno en su bolsillo, esa es la nueva misión.

¿Cómo enfrentas la emergencia que vivimos ante el COVID-19?

Me he sentido apocalíptica, hecatombe, estallido, y ante eso, creo, creo, ¡creo!. He rescatado hasta el último material escondido en mis discos duros de años de grabaciones, de años de proyectos que por una razón u otra no fueron, o esas imágenes que no quedaron seleccionadas, que no cupieron en EL minuto que permite subir la red social de monda. Igual quedó la imagen, quedó el registro y eso para mi tiene un valor inmenso, voy a compartirlo, para que ojalá alguien al otro lado se transporte a ese momento conmigo y nos juntamos, aunque el virus no quiera.

¿Qué propuestas artísticas te han llamado la atención durante esta crisis sanitaria?

Las pequeñas creaciones de cada persona me motivan a reaccionar y a compartir, la gente se re inventa, con el mejor animo, baipaseando la crisis, el hambre, la angustia, el miedo, la guerra solapada que siempre nos imponen. Agradezco infinito la gente que comparte sus conocimientos, las clases en línea, los tutoriales, el “wetransfer” pirateando los placeres culpables de todes.

¿Qué proyecto te gustaría realizar en las artes escénicas?

Sueño con una película de ciencia ficción grabada en La Serena, futuro y siempre distopía, porque la cuna de Gabriela es también la de Gabriel y eso nos detona.

¿Cómo piensas que se podría potenciar el teatro regional?

Para mi, la creación en colectivo es lo máximo, nada como esa convergencia de mentes, esa efervescencia de pensamientos e ideas. Juntas toman una fuerza de la que siempre quiero ser parte. Por esto, motivo a que se creen mas laboratorios, que convoquen a todes quienes sientan atracción a desplegar sus oficios en conjunto.

¿Cómo proyectas el reencuentro del publico con las artes escénicas tras esta crisis?

Vamos a abrazarnos rotundamente, como cuando esperamos afuera de La Gaviota, que se desarmen los rostros, los ropajes, las escenas, para abrazar y agradecer a quienes nos transmutan, con su sola y potente presencia.